Señor Director: Nuestro querido país en los últimos años va de mal en peor.
Estallido social, pandemia, confinamientos varios, cuarentenas, toque de queda, economía a la baja, desempleo, elecciones y más elecciones (me pregunto para qué) y ahora el gigantesco problema de la inmigración desbordada.
Realmente todos los chilenos estamos luchando para sostener nuestra salud mental, pero ¡a quién le importa! ¡Hasta cuándo!
Veo los noticieros en la televisión, escucho la radio y me enfermo. Todo mal. Está sucediendo que te roban el auto, te dejan herido y a los autores no les pasa nada. Hasta los funerales cambiaron su estilo. Ahora son con petardos, fuegos artificiales, disparos. ¿Y? Nada. No pasa nada. Hay algunos que dicen ¿y para qué tienes auto? Increíble.
Después llegará la mano dura y todos a enojarse y a protestar porque alguien se atreve a poner orden.
Por mientras los señores políticos preocupados de hacer una «ley corta». ¿Qué significa eso? Nadie lo entiende aunque lo expliquen. Un enorme porcentaje de las cosas que están sucediendo en el país es precisamente por el actuar negativo de los señores políticos. Y del partido que sean. Hace rato que se perdió la confianza en ellos. Y no pienso referirme a los constitucionalistas porque están en los medios sus actuaciones. Como pueden ver es un túnel sin salida. Ningún político comienza diciendo que fue su colega, el político Nicolás Maduro, sucesor de Hugo Chávez, el que provocó el éxodo de sus compatriotas y luego todo lo demás.
¿Qué país le estamos dejando a los que niños de hoy? ¿Dónde quedó el respeto por el prójimo?¿Llegará Chile a ser una gran nación? Se ve un camino difícil. Claro que no faltará el político populista que tiene su discurso. Pero ya no. Nadie cree en nada. Sólo esperamos un milagro. Por lo menos los que confiamos en Dios.
Estanislao W. González Grovens
(Foto referencial)
