Hoy conoceremos la historia de don Heriberto Abel Arredondo Páez, otro chileno, que, como tantos, no pudo quedar indiferente y se enrola para defender a la patria.
Su participación en la epopeya de 1879, como la de todos quienes sólo formaron en el Batallón Cívico Movilizado Quillota, se limita sólo a unos meses por la duración movilizada de la misma.
Ingresa como subteniente de la compañía de Granaderos el 2 de septiembre de 1880, cuando recién se formaba la unidad y se necesitaban los servicios de personas con estudios y preparadas para ayudar con la formación de cada uno de los soldados que no tenían preparación militar.
El viaje fue largo y la climatización corta, llegando a Iquique en octubre, y después de un mes de entrenamiento se embarcan en el vapor Carlos Roberto hasta Pisco.
En los alrededores de la ciudad se levantaron montoneras, que fueron derrotadas en el combate de Humay el 2 de enero de 1881.
Cumplido su cometido, el Quillota es llamado el 8 de enero a reunirse con el Ejército Expedicionario que atacaría Lima.
Arredondo y el resto de los oficiales no desaprovecharían la oportunidad de demostrar su patriotismo y valor.
Procurando dar todo vapor a las máquinas de los trasportes, principalmente al que conduela al batallón, solo pudieron llegar el día 13 a las 11 A. M. a la «Caleta de Pescadores», muy cerca de Chorrillos. En este punto se encontraron sin recibir órdenes de ninguna clase, ni saber el lugar donde debla desembarcarse…lamentablemente les fue imposible participar en la batalla de Chorrillos, como todos esperaban.
Para la final batalla en Miraflores dos días después, ya desembarcado el Quillota llegan en medio de la acción y como era su primera vez con el ejército de Línea, no se conocían sus uniformes y fueron recibidos incluso con balas amigas, hasta ser avisados de su error.
La batalla de Miraflores había sido testigo del valor del soldado quillotano, que desembarcó para sin descansar correr al campo de la guerra.
Tomada Lima, el teniente Arredondo con su batallón regresa a Chile y nuestro héroe deja el uniforme y regresa a su vida normal.
Muere el 31 de mayo de 1934.
Un hombre solo muere cuando se le olvida…
Por Mauricio Pelayo









