- Con el eco aún resonando de su épica hazaña al batir el récord mundial de resistencia tras 50 horas ininterrumpidas tras los tambores, el músico oriundo de María Elena, Hugo Navarro, anuncia su retiro definitivo de los escenarios. Un adiós que marca el final de una brillante trayectoria iniciada en su infancia.
«Ya cumplí mi ciclo», declara con convicción el maestro Navarro, a sus 71 años. «Esta marca cumplida en el Teatro de mi pueblo natal la Oficina Salitrera María Elena fue el broche de oro que anhelaba para cerrar una vida dedicada a la música. Un camino que comenzó siendo un niño y me llevó a incontables escenarios, tanto en mi querido Chile como en el extranjero, especialmente en Mexicali. Esos años pasaron volando, pero la nostalgia por mi tierra me trajo de vuelta».
Hugo Navarro no es solo un baterista; es un músico de talento excepcional que domina múltiples instrumentos. Su oído privilegiado, su aguda capacidad de escucha y su instinto para comprender la amalgama sonora lo convierten en un percusionista intuitivo. Supo cuándo marcar el ritmo con solidez y cuándo impulsar a la banda, cualidades que lo hicieron indispensables en numerosas agrupaciones nacionales e internacionales.
A lo largo de su prolífica carrera, acompañó en ciertas oportunidades a figuras icónicas como Humberto Lozán, Cameron Williams, Cecilia, Osvaldo Cuadros, Patricia Maldonado, Fernando de Madariaga, Lucho Muñoz, Zalo Reyes, Alberto Plaza, entre otros, además de ser un referente para la mayoría de los artistas de la Nueva Ola. Su versatilidad lo llevó a integrar bandas mexicanas de rock and roll, jazz, blues y hasta explorar las fusiones modernas del hard rock, rock progresivo, metal, rock alternativo, grunge y glam rock, entre otros géneros.
«Los años se desvanecieron rápidamente desde mis inicios en el auditorio de Radio Coya de María Elena, una emisora que este año celebra 74 años de historia», rememora con nostalgia Navarro. «También recuerdo con cariño los bailes tradicionales del Rancho 6 de María Elena, el Club de Empleados de Pedro Valdivia y José Francisco Vergara. Allí formé parte o colaboré con grupos como Norte 6, Oro Blanco, Los Rutters, Los Francos, King Size (con los hermanos mayores de los Illapu) y, para mí, el mejor de todos: Nacidos para Perder, con el bajista Domingo Bravo y el guitarrista extraordinario Sergio Inostroza.
«Llegó el momento de colgar las baquetas, como los boxeadores cuelgan los guantes», sentencia Navarro. «Incluso estoy considerando vender la batería con la que logré este increíble récord, una joya por su calidad. Nunca lo imaginé, el tiempo voló. Siempre entregué lo mejor de mí, incluso generé controversias con músicos que no compartían mi visión o cuando sentía la necesidad de corregirlos. Sin embargo, el reconocimiento de grandes de la música, como Armando Manzanero, quien me felicitó por la complejidad y la importancia de la batería y la percusión, es lo que realmente atesoro. No se trata solo de tocar; es una ciencia, un arte que requiere sensibilidad y conocimiento», concluye el maestro, dejando un legado imborrable en los músicos que tuvieron la suerte de tocar con él.
