La situación bochornosa para el resto de los fieles que estaban en el templo obligó la intervención del obispo de la diócesis de Iquique, monseñor Guillermo Vera, logrando que se tranquilizaran los ánimos que incluyeron golpes entre portadores y cargadores de la imagen del diácono mártir y que sale en procesión una vez al año por todo el pueblo, congregando a miles de peregrinos que llegan desde todo el Norte Grande y que se reúnen en la localidad durante una semana, para culminar cada 10 de agosto, día dedicado al «Lolo», como llaman cariñosamente al santo patrono.
Cargadores y portadores cumplen una misma función, sólo que una entidad más antigua que la otra.
Al final de la misa en el templo, la que comenzó fuera de horario por el incidente, el obispo solicitó a ambos grupos: » tengamos una fiesta en paz. Se ha ofendido a San Lorenzo y faltado el respeto a lo sagrado del templo, sintiéndome ofendido como obispo.