Señor Director: Cada mañana, tarde y noche el tráfico vehicular por la avenida Arturo Prat es más que intenso, pero no «fluido» por la enorme cantidad de vehículos que hay en Iquique. Ese trayecto debe soportar un gigantesco peso, para empezar. Y, de verdad, es más que tedioso y genera un estrés severo.
Pero eso no es todo.
Aunque Carabineros y la Municipalidad hacen lo posible para que fluya el tránsito, no faltan los malos conductores, prepotentes y mal educados, hombres y mujeres. Los peores son los que demuestran con su conducción que no saben ni conocen las normas del tránsito. Entonces, resulta inexplicable que tengan licencia de conducir.
Muchos de estos malos conductores se cruzan de la pista izquierda a la derecha en avenida Arturo Prat al llegar a Lynch, donde está el Iquique English College, provocando cada mañana los infaltables «tacos». ¿Por qué si saben de antemano que van a doblar no ‘toman’ mucho antes el lado que les conviene, para no provocar atochamientos?
Después están los papás y mamás que estacionan en doble fila frente a las puertas de los establecimientos Academia Bulnes, Corona School, Iquique English College y Don Bosco y otro que en este rato olvidé el nombre en Juan Martínez pasado Orella, provocando enormes «tacos» y ellos «como si lloviera». ¿Por qué no se fiscaliza y multa? Es la única forma que se terminen estos casos. Es un problema que se repite y, por lo que se ve, no tiene solución.
Otro caso que tiene que ver con el pésimo tránsito es a lo largo de la calle Juan Martínez, donde al lado izquierdo, de norte a sur, está marcada una ciclo vía que angostó las otras dos pistas y éstas también se angostan por los vehículos estacionados al lado derecho de esa vía, entonces hay que ir con un cuidado único, muy atento, porque van todos «apretados» circulando como pueden.
Como se ve que no hay multas, sanciones ni fiscalizaciones el problema continuará. Sólo hay que armarse de paciencia y rezar. Y, cosa curiosa, circulan muy pocos ciclistas. Realmente pocos. Y, lamentablemente, parece que no preocupa este problema a los que están mandatados para imponer la Ley de Tránsito.
Pensar que antes Iquique era una ciudad tan agradable y apacible. ¡Qué tiempos aquellos! Nadie se opone a la modernidad, pero se planificó mal y ahora sufrimos las consecuencias.
Y no me voy a referir a los «cortes» por los ensayos de desfiles y desfiles mismos.
Chris Belanz Chandía.