Desde niña que vengo sintiendo la tierra moverse de un lugar a otro, me ha sorprendido en la casa o en la calle jugando al luche o a la escondida. En 1987, vivía en el pasaje Las Tarkas, a los pies del Cerro Dragón y como patio trasero, los tambores de agua. Que genial, había abandonado el mar, pero la Chinita me regalaba el paisaje de la duna urbana más grande del mundo.
En el pasaje , existían dos solitarios autos, los niños eran los verdaderos protagonistas, ya sea jugando o bailando «Cuando pase el temblor» en las inolvidables fiestas de 10 pesos. La acera se poblaba de bombitas de agua, de una pelota rota de cuero y de una tiza para marcar el luche. Celebramos el triunfo de la selección nacional frente a Brasil 4 a 0 y el Miss Universo de Cecilia Bolocco. En el patio, existía un quiltro, un tendedero, un tambor y una batea cubierta de lavaza. Lindos tiempos y con solo 10 años. Sin embargo un movimiento telúrico del 8 de agosto, sacudió la tierra santa, me acordé de mi abuelita Berta y esa canción aprendida de años: «Hay que correr a los cerros», «se va a salir el mar». Me sentía segura desde las alturas, ya había dejado el barrio El Morro y el inexpugnable Océano Pacífico. Las vecinas salían con lo puesto de sus casas, unas con batas y otras sin zapatos. La idea de tener un kit de emergencia estaba años luz, aún nos refugiábamos en el rezo y en el Credo, para salvaguardar nuestra alma frente a cualquier calamidad o la «tole tole» como decimos en el Norte Grande. Se imaginan los terremotos de 1868 y en 1877, el primero considerado el «annus horribilis», debido al efecto devastador, con olas de 14 metros, sumando como consecuencia cruentos incendios y la fiebre amarilla. En el segundo se destruyó la Estación del Ferrocarril , parte de las bodegas del salitre y los almacenes de la Aduana. Se repite la historia en 1949, a las 9:54, donde Carmencita Capetillo siendo una niña de 7 años, es testigo de este movimiento telúrico de 7.3 grados, en la escuela de Oficina Mapocho. Relata con emoción, que sólo hubo daños materiales, y geográficos.
Como todos sabemos, Valdivia es considerado el terremoto más fuerte del planeta, con magnitud 9.5. No obstante un reciente estudio científico revela que el terremoto más poderoso de la historia ocurrió, hace más de 3.800 años al norte de nuestro territorio, específicamente en «Pabellón de Pica». Localidad costera a 70 kilómetros al sur de Iquique. Se dejaron sentir olas de entre 30 y 40 metros de altura, es decir cercanas a un edificio de 10 pisos. Los científicos chilenos y extranjeros sostienen que en «Pabellón de Pica» hay vestigios que comprueban dicho evento natural. “Conchas y guijarros grandes” forman parte de la evidencia, tras el análisis hecho en el lugar, debido a los levantamientos dejados por el terremoto en la costa local.
Fuera de la primera región, la historia registra terremotos ocurridos en Santiago ( 1985); 7.8 en la escala de richter. El 27F y el 8,4 de la región de Coquimbo, el 2015. En junio del 2005, un terremoto de 7.5 se registró en Iquique, con 11 fallecidos a su haber. Las paredes del departamento se movían sin cesar, al igual que el agua de la piscina. Pensé en unos minutos que el condominio Pablo Neruda no resistiría. Pero frente al terremoto del 2014, la situación cambió diametralmente, quedando inhabitable y muy deteriorado. Las personas pernoctaron en los cerros y albergues, mi familia estaba repartida por distintos sectores. Un 8.2 y las posteriores réplicas generaron inseguridad y psicosis colectiva por el estridente ruido de sirenas. Memorias de una ciudad en llamas, donde desapareció el color azul del cielo y el olor a mar se apoderó del lugar. El día se transformó en noche.Y el cielo también estaba allí, cubríendo la totalidad de las cosas con su lentitud, con su indiferencia insondable e inexplicable.
Cuanta historia y religiosidad existe en nuestro norte querido, detrás de cada piedra, vestigio, marca, trazo hay un relato que contar. Es Iquique, la tierra de campeones, del Tani y Godoy, pero también del terremoto más poderoso de la historia.
Sonia Pereira Torrico
