Un frío balde de realidad cayó sobre el Estadio Nacional Julio Martínez Prádanos. Con una actuación pragmática y dos zarpazos letales en el segundo tiempo, la selección de Japón derrotó 0-2 a La Roja Sub 20, dejando al equipo dirigido por Nicolás Córdova al borde de la eliminación y forzándolo a jugarse la vida en la última fecha del Grupo A.
El marcador, que silenció a la multitud en Ñuñoa, fue inapelable y reflejó la superioridad nipona en los momentos clave.
El primer tiempo dio a los aficionados chilenos un momento para la esperanza. A los 35 minutos, la figura del portero Sebastián Mella se agigantó al atajar un penal a Rento Takaoka, manteniendo el arco local en cero y la ilusión intacta de cara al descanso. Fue un punto de inflexión que, lamentablemente, Chile no supo capitalizar.
El inicio del complemento trajo consigo la pesadilla. Tras un fallo claro de Willy Chatiliez que pudo haber cambiado el partido, vino la debacle. Apenas en el minuto 52, y tras una inusual revisión con la Tarjeta Verde, se sancionó un segundo penal a favor de Japón. Esta vez, Rion Ichihara no perdonó, abriendo el marcador y asestando un golpe anímico del que La Roja no se recuperaría.
Los pupilos de Córdova sintieron el impacto. Aunque intentaron adueñarse del balón, la reacción fue tibia. La estocada final llegó media hora después, cortesía de un error defensivo. Un mal despeje de Matías Pérez dejó el balón servido para que Yumeki Yokoyama fusilara desde distancia, sellando el 0-2 definitivo y el triunfo que prácticamente instala a los nipones en octavos de final.
En una noche totalmente para el olvido, donde La Roja apenas generó ocasiones claras y cometió dos penales, el combinado local hipotecó su clasificación.
La Última Oportunidad
Con este resultado, el destino de La Roja Sub 20 se dirimirá en una verdadera final el próximo viernes 3 de octubre. Chile deberá enfrentar a Egipto a las 20:00 horas en el mismo reducto de Ñuñoa. Paralelamente, Japón se medirá con Nueva Zelanda, que está en una posición favorable para buscar un cupo como mejor tercero.
Para seguir en carrera, el equipo nacional no tiene margen de error: está obligado a ganar para soñar con avanzar a la próxima fase de la cita mundialista.
