(Consignado por Ex Ante).- El ingreso como público de personas que en Chile tenían prohibición de entrar al estadio; la venta de entradas de la tribuna inferior a donde estaba la barra de la U; la falta de resguardo policial y de guardias; las falencias para impedir que se ingresara a la cancha y la inacción policial, fueron los eslabones de esta cadena.
Por qué importa. La cadena de errores observada la noche del miércoles 20 en el estadio Libertadores de América de Avellaneda, al sur de Buenos Aires, mostró cómo un partido de vuelta por los octavos de final de la Copa Sudamericana se transformó en una violenta noche que pudo terminar con muertos.
- Mientras la policía argentina liberaba este viernes a 104 chilenos que asistieron como público de Universidad de Chile —en medio de agresiones a la prensa argentina que esperaba afuera de la comisaría, mostraron las imágenes— el embajador en Buenos Aires José Antonio Viera Gallo detalló que cuatro connacionales seguían hospitalizados.
- “Dos de ellos fueron operados con neurocirugía. Se están recuperando bien (…). Los otros dos están en otro hospital, no tuvieron un tratamiento tan invasivo, pero tienen que recuperarse”, dijo a T13 Radio.
- La detención de un centenar de chilenos tuvo repercusiones tanto en La Moneda como en la Casa Rosada. El ministro del Interior Álvaro Elizalde viajó a Buenos Aires y se reunió el jueves con la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, que calificó lo ocurrido como “un espectáculo de violencia que duró más de tres horas”.
La cadena de errores. El ingreso como público de personas que en Chile tenían prohibición de entrar al estadio; la venta de entradas de la tribuna inferior a donde estaba la barra de la U; la poca presencia policial y de guardias; las falencias para impedir que se ingresara a la cancha y la inacción policial, fueron los eslabones de esta cadena.
- Prohibición de ingreso al estadio. Al menos tres del centenar de chilenos detenido en Argentina tenían prohibición de ingreso a los estadios en Chile, tanto por sentencia judicial como por norma administrativa, mostró un recuento de T13.
- Detalló que se trataba de Rodrigo Valdés Castro, barrista de Los de Abajo, con prohibición por protagonizar incidentes en al menos seis partidos en el torneo nacional. A éste se sumó Cristóbal Collao Fernández, con prohibición por “ingreso indebido” y Diego Puebla Hernández, con “prohibición judicial de ingreso a estadios que se aplica a personas condenadas o formalizadas por delitos, especialmente aquellos relacionados con violencia en espectáculos deportivos”.
- El embajador Viera-Gallo comentó que “parece bastante absurdo que una persona en Chile no pueda entrar a los estadios en cambio sí pueda venir acá cuando se produce un partido internacional y viceversa”.
- Venta de la tribuna inferior. Un informe de la reunión entre la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), la Seguridad de Provincia de Buenos Aires y autoridades de Independiente, previo al encuentro, detalló otro eslabón, adelantó el medio trasandino Doble Amarilla.
- “En este encuentro, la tribuna visitante se ubicará en el sector sur alto, mientras que la parte inferior corresponde a otra tribuna destinada a la afición local”, dijo el documento. “Durante la reunión previa se planteó la conveniencia de que no hubiera público en la tribuna inferior; sin embargo, se informó que esa localidad ya se encontraba vendida”.
- Este elemento es el que permitió que, de acuerdo con el parte policial recogido por El Mercurio, se rompieran los baños y comenzaran “a arrojar elementos contundentes desde la bandeja superior hacia la inferior”.
- Ausencia de presencia policial. Pese a que el operativo contemplaba el despliegue de 650 policías y 150 guardias privados, testimonios mostraron que estos se observaron principalmente afuera del estadio, dejando el interior desprotegido y sin el efecto disuasivo que pueden tener.
- Esto permitió un hito considerado una provocación por la barra de Independiente; el lanzamiento de una bomba de ruido al palco conocido como La Garganta del diablo, cuyo perfil es pacífico, consignó La Tercera. El ingreso de estos elementos evidenció además la falta de revisión del público que entró al estadio.
- Acceso a la cancha. El parte policial recogido por El Mercurio dio cuenta también de un “portón ciego” y una “reja metálica” rota, que permitió el ingreso a la cancha de los hinchas argentinos, que comenzaron a perseguir a los chilenos.
- Inacción policial. Las numerosas imágenes de público vestido de rojo persiguiendo, acorralando, desvistiendo y golpeando a los pocos chilenos que quedaban en la tribuna tras la suspensión del partido en el segundo tiempo, evidenció la inacción policial que, según se reportó, sólo habría detenido a hinchas chilenos
- Estas escenas generaron también un debate sobre el momento en que se suspendió el partido. Mientras la ministra Bullrich lo consideró tardío, Viera-Gallo dijo que “si intervenía la policía como algunos piensan que debió haberlo hecho, el partido se hubiera suspendido y habría sido una trifulca quien sabe si mayor o menor”.