Cada vez que hay problemas de suministro, los ciudadanos nos quejamos de las distribuidoras de electricidad. Sin embargo, aún no nos damos cuenta de que la solución está en nuestras propias manos. La electricidad puede estar en las manos de la ciudadanía.
Sin perjuicio de que las distribuidoras, por ley, deben proveer la energía y esa es su responsabilidad, ha llegado la hora de que la ciudadanía se empodere, generando su propia electricidad y, de paso, colaborando en solucionar la problemática de la alta contaminación que las generadoras a petróleo y carbón, diariamente provocan.
Los problemas de seguridad en la entrega de suministro eléctrico seguirán existiendo debido a los desastres naturales y a la antigüedad de las líneas.
Hoy, los países y las empresas, avanzan de la mano con las tecnologías renovables imperantes en el diseño e implementación de esquemas descentralizados, es decir, la generación se ubica prácticamente en el mismo lugar del consumo.
De esta forma, desaparece gran parte de los tendidos entre una localidad y otra y, en consecuencia, se reduce prácticamente a cero la posibilidad de que se caiga el suministro en las viviendas y las empresas.
Esto modificará el negocio, la ingeniería, la forma de producir, las tecnologías, el proceso de participación de la ciudadanía frente a estas inversiones, la forma de mantener el equipamiento, en fin, se modificará absolutamente todo.
El cambio antes señalado, no sólo es responsabilidad de las empresas generadoras y distribuidoras, sino que también es responsabilidad de los ciudadanos y de las comunidades.
En efecto, en este proceso de transición, los ciudadanos podemos avanzar desde ya, haciendo un aporte real al objetivo particular de tener autonomía y prescindencia de la red.
Todo esto se puede conseguir mediante la instalación de sistemas energéticos renovables fotovoltaicos, eólicos, de biomasa u otros, que permitan gradualmente descolgarse de la red. En este sentido, los ciudadanos debemos reconocer que hemos estado un tanto inactivos frente a esta situación.
Las comunidades también pueden acelerar este proceso, organizándose para la construcción de sistemas energéticos renovables, que autoabastezcan su demanda energética, total o parcialmente, mediante el montaje de mini parques o huertas solares, al igual como debiera ocurrir con los poblados o caletas que hoy no disponen de electricidad.
En definitiva, la tecnología de energías renovables desarrollada por científicos e ingenieros, junto con las bajas de precios, nos permiten ser autónomos energéticamente.
Ha sido muy positivo que la tecnología avance más rápido que la burocracia, lo cual ha permitido que técnicamente tengamos acceso libre a la energía. Por eso digo, la electricidad, en el corto plazo, puede estar en manos de la ciudadanía.
Hernán Cortez Baldassano, Ingeniero Civil, Especialista en Energías Renovables.