Señor Director: Aunque muchos dicen que las pifias a los artistas de los diversos festivales que se han realizado en el país son concertadas, creo que en el caso de Ernesto Belloni (Ché Copete), en el Festival de Iquique, no estuvo a la altura. No debe mentirse este clásico del burlesque chileno.
¿Qué artista no tiene una mala noche en su trayectoria? Debe trabajar en una rutina bien lograda, ensayada y coordinada. Y como mínimo conocer el escenario donde se va a desplazar. Me recordó a una señorita Dueñas (no recuerdo el nombr) que hizo un papelón y dio vergüenza ajena en el Festival de Viña del Mar.
Esta misma situación ocurrió hace años en el Estadio Regional de Antofagasta con el humorista Benni, el italiano abrió la boca pronunciando en escasos segundos garabatos y disparates de grueso calibre. En esos años, afortunadamente, no había «estallido social» ni nada. Lo expulsaron por grosero. La misma vergüenza del artista la sentí yo, por lo mismo que les dije con la señorita Dueñas, «vergüenza ajena». Fue horrible. El italiano estaba pálido, su rostro era el de un muerto, color ceniciento. Duró menos de un minuto en el escenario.
Ahora me tocó verlo con el famoso «Ché Copete», quien debe revisar su rutina, él sabe que no estudió ni se preparó. Lo que vimos fue pésimo. El público, antiguamente llamado «el respetable», sabe de inmediato cuando algo es bueno. Y también sabe cuando se le quiere meter una cuchufleta.
También sabemos que en los festivales basta que un grupo comience a pifiar y muchos se unan. Es como una avalancha. Pero esta vez no. La rutina era mala.
Fenelón Ortiz Ll.
