Desde tiempos inmemoriales se ha discutido cuál es el porcentaje “justo” de los impuestos a pagar por los contribuyentes. Existen variadas experiencias e inexperiencias, a nivel internacional.
En nuestro país cada día toma más relevancia la discusión de los impuestos a los “Súper Ricos”, consistente en que, por única vez, todos aquellos que tienen un patrimonio superior a los US$ 22 millones, paguen un impuesto equivalente al 2,5% de ese patrimonio.
El propósito de este impuesto puntual y único, es financiar una renta básica universal para apoyar a la población más desmejorada ante la crisis derivada de la pandemia.
Sin perjuicio de las bondades asociadas a este impuesto (en la medida que se focalice adecuadamente), lo que devela esta necesidad de legislar, es la falta de empatía y solidaridad de parte de los ciudadanos hacia un segmento de la población que está verdaderamente mal.
Creo que todos, y no solo los «Súper Ricos», deberíamos estar dispuestos a aportar más dinero para ayudar a los compatriotas más afectados, incorporando en esta diversidad de potenciales aportantes a todos, sin excepción alguna. Incluso a aquellos que precisamente legislan.
Así como los «Súper Ricos» deberían aportar una buena suma de dinero, los que tienen menos deberían aportar menos. Mil pesos sirven.
Lo que devela esta necesidad de legislar es la falta de un espíritu, una red potente, una red solidaria, que independientemente de las leyes u obligaciones que existan, los ciudadanos estemos dispuestos a ayudar, ayudar con sentido, sentido solidario.
Un sentido solidario que redunde en que la red, independientemente de como se llame o como se establezca, opere y opere en ayuda solidaria a los seres humanos que lo están pasando mal.
Deberían confluir a la red, el Estado, el Gobierno de turno, las Organizaciones Sociales, los Organismos No Gubernamentales, las Fundaciones, todos en función de un único objetivo: ayudar a quiénes lo necesiten.
Los chilenos siempre nos hemos destacado porque nos unimos frente a las adversidades.
Sin embargo, en esta oportunidad, en estos últimos tiempos, siento que no ha ocurrido, ha prevalecido (salvo contadas excepciones) el egoísmo frente a la solidaridad, quizás debido a un clima enrarecido por el ambiente político existente. Espero que las discusiones por los impuestos no se transforme en banderas eleccionarias, sino que verdaderamente para ayudar a los ciudadanos que han sido mayormente afectados por la pandemia.
Hernán Cortez Baldassano
Ingeniero Civil U de Chile
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