Que llegaba y no llegaba el Tsunami. Se pusieron en actividad todas las alertas preventivas. Se paralizaron las clases, las labores comerciales y productivas del país. Especialmente en aquellas zonas de inundación. Sonaron las alarmas y funcionaron algunas evacuaciones forzosas. Todas las autoridades operando en sus Ministerios como reloj de alta gama. Solo que, cuando venga un Tsunami vendrá de nuestras costas y un terremoto nos dejará por el suelo, no habrá energía. Es mejor estar preparados, conservar la calma, si es que se puede. Mirando las cosas positivamente, todo ejercicio, sin magnificar de alerta temprana, es bueno.
No faltaba más, esta semana se inscribe en los anales de nuestra historia como de muerte obrera. Hasta el momento de escribir esta columna, se han encontrado dos cuerpos totalmente destrozados por el derrumbe de la mina.
Sean estas primeras letras y sentidas palabras de consuelo. Los familiares de estos mineros sufren el profundo dolor de su inesperada partida de nuestro mundo. Podrá decirse mil discursos de consuelo, pero nada será como antes. La pérdida de estos mineros en Rancagua enluta a Chile.
Todas las noticias del país, giran en torno a esta inesperada tragedia acontecida en las faenas del Mineral del Teniente de Codelco. Los primeros informes, dan como causa un movimiento sísmico de 4,3. El cual gatillo el derrumbe de inmensas rocas que reventaron los túneles y las vías del trabajo subterráneo. También los dirigentes sindicales del sector han reafirmado que “tal derrumbe, se debe a las propias obras de perforación y explosivos inducidos” en la extracción del mineral. En este lugar, ya habían sido reparadas vigas del túnel por la presión del desplazamiento de las rocas.
La Fiscalía del Ministerio Público, en primera instancia, investiga los hechos y será el órgano de determinar la verdad objetiva y las causas de estas lamentables muertes. Si se debe a una negligencia en las medidas de seguridad para proteger la vida de los trabajadores mineros, o sí, realmente se debió a causas fortuitas de la naturaleza. La situación legal, se investiga el delito “culposo con resultados de muerte. Dejemos que la Justicia haga su trabajo. No saquemos conclusiones anticipadas y vuelen las opiniones políticas interesadas.
A estas horas de mi Columna, siguen desaparecidos cuatro Mineros. Ellos son: Moisés Pávez Armijo; Gonzálo Núñez Caroca; Alex Araya Acevedo; Jean Miranda Ibaceta; Carlos Arancibia Valenzuela. Estaban en el sector 7 de la Mina a unos 900 metros de profundidad.
Los nombres en negrita, son los cuerpos encontrados sin vida para tristeza de Chile y el dolor de sus seres amados y compañeros de labores. Mis sentidas y profundas condolencias.
Hablando de esta materia, me viene a la memoria el Rescate de los 33 de la Mina de San José en Copiapó. Fue el 22 de agosto del 2010, cuando una sonda logró contacto con ellos y extrajo un mensaje que decía “Estamos bien en el refugio los 33”. Esta noticia unió a todo Chile. El milagro existe y no tiene color político.
Todos los días de intensa angustia, de insomnio trastornando los días y las noches, las penurias de las horas interminables, la eterna vigilia de plegarias y el amor del sufrimiento golpeado por el sol de cada día en las laderas de la misma tierra, por fin, había noticias alentadoras sobre ellos. El Rescate fue el mayor hallazgo de la humanidad. La mejor nota la tuvo el gobierno, del extinto presidente Sebastián Piñera, junto a los equipos de Codelco, todos los Técnicos e Ingenieros y en general al personal, que trabajó a lo menos, por 69 días, en el Rescate; sacarlos con vida de las entrañas de la Mina. Notable y Extraordinario. Un punto político histórico.
No es posible hacer similitudes con lo que ocurre hoy en el Teniente. Los 4 Mineros del Teniente, estarían en un refugio de la Mina. El trayecto geológico es de difícil acceso por encontrarse totalmente obstruido por la remoción rocosa y que colocan más riesgo en caso de una fallida maniobra. Aquí trabaja la alta tecnología y la robótica precisión científica. Sabemos que urge el Rescate. Hay que hacerlo de tal manera de no provocar nuevos movimientos de rocas y desplazamientos de montañas. No es algo que se pueda hacer de buenas a primeras.
Nada nuevo bajo el cielo, Chile es un país sísmico. Vivimos bajo constantes movimientos telúricos. Las empresas privadas y públicas que trabajan la minería del Cobre lo saben perfectamente. Son fuentes de masivos empleos, especializados y de gran sacrificio humano. Eb su afán productivo están obligadas a cumplir altas exigencias medioambientales, en seguridad y empleo decente. ¨Por ejemplo, la inversión de una planta desaladora de la Minera Collahuasi, junto con impulsar la autonomía de nuestra Regional, implicó la contratación de más de 2.500 trabajadores. Otras empresas del rubro, han paralizado faenas porque se han encontrado con verdaderos escudos de rocas que hacen imposible la extracción del metal cuprífero en bruto.
Este accidente laboral, más allá de las responsabilidades que le competen a Codelco, será finalmente, la Policía de Investigaciones y sus Equipos Técnicos Especializados, el mismo Fiscal y a la Justicia, establecer las reales causas y objetivas condiciones de trabajo de esta muy lamentable e inmensa tragedia.
A estas horas de mi Columna, ya han sido recuperado los cuerpos de todos los mineros que murieron en plena faenas, no faltarán las personas y los políticos de “mala leche” que tratarán de sacar una pequeña ventaja política. Es decir, aprovecharse de la tragedia. or lo que sabemos el Gobierno, el Presidente Gabriel Boric suspendió todas sus actividades programadas y se hizo presente en Rancagua en función de las tareas del Rescate. Desafortunadamente, las noticias que tenemos son pésimas. Llega la hora que se pongan a la luz pública todos los antecedentes de esta tragedia laboral; los altos ejecutivos y profesionales del sector se convenzan, la vida está primero y después la productividad. Hay labores y labores, la minería sigue siendo de gran riesgo. Es todo por el momento. Gracias.
Nelson C. Mondaca Ijalba
nmonijalba@gmail.com