Si bien el uso de estos dispositivos ya es parte de nuestra sociedad y de nuestra cultura, y que cada día las tecnologías son más accesibles a todos los segmentos de la población, es importante considerar a qué edad pondremos a disposición de estos artículos a los niños. No es recomendable el uso de éstos en edades tempranas, y en las más avanzadas, se aconseja siempre la supervisión de un adulto en relación al contenido al cual puedan acceder y el tiempo de uso que puedan dedicar.
El comportamiento en un niño puede verse afectado en diferentes ámbitos a nivel conductual por las reacciones emocionales que genera la restricción o la regularización del uso de estos aparatos, puede afectar a nivel del desarrollo de la interacción social, la exploración y participación con el ambiente afectando incluso el desarrollo psicomotriz. Otro punto es el impacto que pueda causar a nivel de desarrollo psicológico y emocional por la exposición a material para el cual los niños aun no cuentan con la madurez suficiente para entender, la temática de juegos de guerra y peleas, contenido de vídeos en ciertas plataformas o incluso la exposición a material pensado en adultos.
Más que una política pública preventiva, lo cual a mi parecer es complejo por la ingeniería que requiere la implementación de un abordaje en esta línea, es necesario que los padres y adultos supervisen, orienten y eduque en el correcto uso de estos dispositivos. Creo que la promoción del sano y correcto uso, la prevención de las posibles complicaciones, son importantes a trabajar con los adultos responsables de los niños, niñas y adolescentes.
Claudio Acevedo
Académico Escuela Terapia Ocupacional U. Andrés Bello
