Señor Director: Los parlamentarios reciben 193 mil pesos por «desgaste de vehículo». Así lo informó un reportaje de un diario nacional. Nadie en el país sabía de este pago mensual. Yo, menos.
Mi señora que es profesora jubilada tiene una pensión de 270 mil pesos, de los cuales le descuentan la salud. Ella, durante 38 años de servicio ininterrumpidos, fue destacada dos veces en la Evaluación Docente (le dieron de premio dos agendas cada vez, un chiste); con tres licencias médicas de dos o tres días en toda su vida laboral, que enseñó a leer y escribir a cientos de niños y niñas de varias generaciones, nunca tuvo una compensación como la de los parlamentarios.
Y, aclaro de inmediato, no soy de ningún partido ni tengo simpatía alguna por la izquierda, la derecha ni el centro. Jamás tuve tiempo para dedicarme a otra cosa que no fuera mi trabajo que, al final, me entrega una pensión tan miserable como la de mi señora esposa.
Fíjese que con los 193 mil pesos pueden pagar la luz, el agua, el gas y sobraría plata. Ninguno de ellos anda en autos viejos ni desgastados.
Como sea, esta compensación por desgaste de vehículo a los parlamentarios es una burla. Se suma a todo lo ya conocido. Sólo desprestigia y nos ahuyenta cada día más de los lugares de votación. Dios ve todo y castiga, pero no a palos.
Rigoberto Mandiola Lemus.