“Al contemplar la imagen del Niño Jesús, en el pesebre de Belén, podemos hacer una iglesia sencilla, pobre, misericordiosa, anunciadora de esta buena nueva para toda la Humanidad”, expresó monseñor Isauro Colivil, Obispo de Iquique, quien encabezó las celebraciones de la Epifanía del Señor, llevada a cabo en el Santuario de La Tirana, en el corazón de la Pampa del Tamarugal, a la que llegaron los pastorcitos ariqueños -con sus voces , música y atuendos andinos-, junto a agrupaciones provenientes de Antofagasta, Calama y de la capital de la región de Tarapacá.
Anticipando y a la espera de la llegada de los Reyes Magos, los pastorcitos, durante el día 5 de enero llevaron a cabo una secuencia de presentaciones, para luego dar la bienvenida al día 6, conmemoración que en la zona se lleva a cabo desde el siglo XVIII, cuando los pastores andinos del lugar bailaban y rendían culto al Niño Dios.
Durante el día de festejos, se realizó la tradicional misa, a la que asistieron familias que en sus brazos llevaron la imagen de Jesús, que estuvo en recaudo en la capilla lateral -500 figuras-, que esperaron la bendición de monseñor Covili, para luego dar forma a la procesión por las principales calles del poblado, pese al calor reinante, en compañía de las agrupaciones y bandas que entonaron villancicos, que fueron interpretados por los presentes.
“Nosotros estamos cumpliendo una tradición, como agrupación, desde hace 50 años en que hemos extendido nuestros saludos”, expresó el presidente de los bailes Virgen de La Tirana, José Delgado.
“Nos unimos hoy a una tradición, que es la epifanía del Niño Jesús (…), nos vamos dichosos, contentos, cansados, pero con el corazón lleno de alegría de haber estado aquí en esta conmemoración“, agregó José Fernández, Caporal de los Pastores San José de Arica.
Tras la procesión, en el acceso al templo de La Tirana, se llevó a cabo el trote al parabién en la Sede Vecinal, con reparto de chicha y peras de pascua, con adoración a la imagen de Jesús, para finalizar con una cacharpalla, no sin antes hacer entrega de la organización de la próxima conmemoración al alferazgo que tendrá la responsabilidad para el año venidero.
