En muchas ocasiones, el alto costo de algunos alimentos o recursos deriva en un bajo consumo de ellos. Ese es el caso de los pescados y mariscos en Chile, que siendo un alimento muy rico en proteína, bajo en grasas y con una alta calidad nutricional, no forma parte de la alimentación habitual de los chilenos.
Según datos de la FAO solo 1 de cada 10 chilenos tiene un consumo habitual de pescados y mariscos en su dieta, y en base a los datos presentados en la Encuesta Nacional de Salud, menos del 10% consume estos alimentos dos veces por semana, una cifra que incluso va en retroceso.
A pesar de nuestra extensa costa y una alta producción, un muy bajo porcentaje de ésta va dirigido al consumo interno. Por si esto no fuese suficiente, los productos de mayor calidad van dirigidos a la exportación por lo que no siempre tenemos disponibilidad de los llamados productos Premium.
Más allá de las barreras de costos, también existe una barrera cultural, ya que muchas personas prefieren el consumo de carne de vacuno y pollo en desmedro del consumo de productos del mar.
Existen pescados y mariscos cuyo precio permite un mayor acceso como lo es el caso de la reineta, el jurel, la jibia o lo choritos, pero aún existe una dicotomía entre la percepción de los consumidores y el valor del mercado. Así como también es necesario transmitir a las nuevas generaciones que el consumo de pescados y mariscos va más allá de Semana Santa.
Juan Cristóbal Reyes
Chef Instructor
Escuela Nutrición y Dietética U. Andrés Bello