La crisis en Perú se agudiza. Durante la noche de jueves, y de forma abrupta, el Congreso destituyó a Diana Boluarte de la Presidencia de la República ante los graves problemas de seguridad que afectan al país. En su reemplazo el congresista José Jerí asumió el cargo.
Este fue el séptimo proceso de remoción desde 2016. Cabe recordar que Boluarte llegó al poder por sucesión constitucional luego de que el Legislativo aprobó el juicio político contra Pedro Castillo por el intento de autogolpe de Estado.
“La destitución de la ahora expresidenta marca solamente un capítulo más de la inestabilidad política que en el Perú se ha hecho costumbre, y que arrastra desde hace aproximadamente 20 años”, dice Raúl La Torre, historiador peruano de la Universidad de los Andes (Uandes).
“Su salida, que ocurrió en la madrugada, refleja la fragilidad del Ejecutivo frente al Congreso y donde se suma un actor nuevo, que es la crisis social, que últimamente está manifestada por una creciente crisis de seguridad a partir del crimen organizado, de las extorsiones -al transporte público, a pequeños y medianos empresarios-, lo cual ha generado una sensación de inseguridad bastante grande en la sociedad”, agrega.
¿AHORA QUÉ SE ESPERA?
El especialista Uandes comenta que en el corto plazo Perú va a enfrentar una transición “bastante incierta, con un gobierno interino, liderado hasta hace muy pocas horas congresista José Enrique Jerí Oré, de un partido también pequeño -Somos Perú-, y a la espera de las próximas elecciones presidenciales que se realizarán en abril del próximo año”.
Por otra parte, para el largo plazo el desafío en Perú será de reconstruir la legitimidad institucional y atender a las grandes causas estructurales, indica Latorre, “además de ojalá detener este constante cambio del Poder Ejecutivo”.