En medio del crecimiento de la inflación, el Banco Central de Chile (BCCh), anuncia un alza de la tasas de interés del 1.5 por ciento. A muchos sectores de la economía los sorprendió. Los economistas y políticos de la oposición reaccionaron con fuertes declaraciones públicas.
No me detendré en analizar sí estas críticas son justas o no. Sin embargo, llama la atención que este organismo que se define como “autónomo e independiente” de las presiones políticas lo hace con el propósito de poner bajo control la inflación.
El BCCh, en sus inicios se componía de un Consejo con 13 representantes del sistema financiero y productivo. Una experiencia fallida. Ahora tenemos un Consejo de cinco miembros y con acuerdo simple del Senado. Sus remuneraciones son fijadas por el Presidente de la República, en conformidad a los más altos cargos de la Banca privada. Damos por entendido que tienen bajo su responsabilidad la dirección, administración y gestión de esta institución pública; durando en este Consejo diez años y 5 años como mínimo el Presidente del BCCh.
La pregunta del millón ¿hay o no la existencia del cuoteo político? Porque el señor Mario Marcel Cullell, continúa en el cargo de Presidente, cuando empíricamente es un Economista de la Concertación y de la Nueva Mayoría? Se puede sostener que lo nombró la ex Presidenta Bachelet el 11 de diciembre 2016, y todavía no se le cumple el plazo legal para abandonar el cargo, pero seguirá como Consejero. Con todo, acaso se ignora algo muy importante en política y responsabilidad cívica, como el valor de la Ética. Pues don Mario Marcel, representa los intereses políticos de una coalición distinta a la del actual Mandatario. ¡Quien entiende a quién! Tal vez, les da lo mismo, total la estructura y superestructura del modelo económico es la misma para ambos lados políticos, derecha e izquierda.
Para ser más punzante. El Estado y la actual Constitución protegen y amparan a los miembros de este Concejo, los que pueden ser reelectos. Además, ellos actúan en conformidad de la Ley Orgánica Constitucional (LOC). Cuando me refiero al Estado, es por la sencilla razón que “éstas leyes de amarré” las hicieron los políticos del poder Ejecutivo y Legislativo. También, reciben el apoyo, de ciertos medios de comunicación a nivel nacional, donde, siempre tienen panelistas que: los santifican, les rinden culto como oráculos de la verdad, los tienen por seres de intelectualidad superior y dioses terrenales. Nada dicen que llegaron a este Consejo del Banco Central por confabulaciones políticas y de tóxicas negociaciones del poder. Leer más, Artículos 108-109 de la Constitución Política y la Ley Orgánica Constitucional N° 18.840 del 10 de Octubre del 1989.
Ahora vamos reflexionando. Para expresar una verdad oculta, sacando a la luz de un día primaveral de mi milagrosa existencia: El Banco Central de Chile, es la viva expresión del “socialismo autoritario”. Una economía centralizada, debidamente planificada y controlada por el poder político del Estado con domicilio en el gran Santiago. Los que creyeron que vivíamos en una sociedad liberal y, de mayores libertades individuales, creo no equivocarme; es la dictadura del neo capitalismo salvaje, que desde principios del siglo XX, a través de Fondo Monetario Internacional (FMI), globalizó este sistema de los Bancos Centrales. Pero, antes que se me vaya la idea; otra pregunta que surge al calor de esta columna. ¿Por qué se nombran Delegados Presidenciales, en el aparataje del Estado? Cuando ésta burocracia solamente aumenta los gastos fiscales en momentos de déficit fiscal. Amigos lectores/as, se trata de no perder el control político y son los guardianes de este poder.
Al respecto me gusta la polémica. La inteligencia del capital hizo una metamorfosis y de manera muy simple. Las principales Universidades de USA, impulsaron en sus carreras de economías los cimientos de esta teoría ideológica de introducir las enseñanzas de Marx dentro del capitalismo, el Control del Estado en la macroeconomía. En esta teoría, fundan las bases que mantienen las terribles desigualdades sociales, aumentan sus cuantiosas rentabilidades y riquezas.
El Banco Central, es un instrumento monopólico. Desde hace ratito que no tiene autonomía e independencia del Gobierno. Siendo así, vaticina las penas del infierno y lidera como institución la campaña del terror económico. No me extraña. Son ellos mismos quienes destruyen el modelo capitalista. Son los principales actores de la crisis económica que vivimos. No será la primera y última vez, que un Banco Central junto al Gobierno de turno arruinan a un país. A nadie se le ocurriría imponer una tasa tan alta de interés con el propósito de frenar la inflación cuando todavía no salimos de la crisis económica y de la propia pandemia del Covid-19. Este 1.5 por ciento dado a conocer recientemente, la mayor de los últimos 20 años. No solamente traerá más morosidad, encarecerá el consumo de bienes básicos, especialmente, agrícola. Más empresas en ruinas y la cesantía campearan en los salones de la Moneda.
Es cierto, frenará el mayor circulante, pero no lo hará con el tipo de cambio. Los efectos de esta medida nos someten a una presión inflacionaria de singular magnitud. Todo nos indica que la demanda se verá contraída. Los créditos también se serán más caros, la gran parte del comercio sufrirá las consecuencias, agreguemos otras externalidades negativas. No existe renovación de inventarios en las grandes tiendas y del retail. Lo más grave caerá la inversión. Entonces, todo indica que se pretende favorecer sólo a las grandes empresas del mercado financiero. Con esta alta tasa de interés, uno puede entender, con justa razón, porque el Presidente del BCCh, se opone al 4to., retiro de las AFP’S…Estamos en el peor de los escenarios: mayor pobreza, mayor desempleo y con una inflación muy preocupante (2021, julio 4,543%). Como tiro de gracia, nuestra moneda nacional, el peso, es uno de los mayores devaluados del mundo. El panorama es muy complejo y tremendamente difícil…
Nelson C. Mondaca Ijalba
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