Un cuadro de profunda laxitud corporal en los menores de un año puede ser un síntoma de trastornos neurológicos de diversa gravedad.
Con cierta frecuencia, la postura corporal de los niños en los momentos de reposo, especialmente recién nacidos o lactantes menores de un año, llama la atención por su estado de profunda flacidez. Aunque esta laxitud –llamada coloquialmente como “de trapo”– se suele asociar a estados transitorios de baja actividad, también puede ser la manifestación de fallas neurológicas en un espectro que va desde trastornos benignos hasta patologías graves.
Este cuadro se denomina hipotonía muscular, para el cual existe “una lista interminable de causas, dado que se refiere a una función en la que participan prácticamente todas las estructuras del sistema nervioso”, explica el doctor Ricardo Erazo, neurólogo infantil de Clínica Alemana. Los síntomas se agrupan en dos categorías principales: la central, de origen cerebral o encefálico que afecta especialmente a las zonas cervical y espinal, y la periférica, relacionada a enfermedades neuromusculares que comprometen, sobre todo, a las extremidades.
Si bien la mayoría de los casos tienen buen pronóstico y recuperación, el especialista recalca que es indispensable la detección precoz de las causas que alteran el tono normal de la musculatura de un niño.
“Frecuentemente, la hipotonía muscular suele subdiagnosticarse, interpretándose como un retraso psicomotor o encefalopatía sin tener exámenes que confirmen estas hipótesis”, advierte el doctor Erazo. En este escenario, aborda las claves de la detección efectiva y de las actuales líneas de atención médica y rehabilitación.
Diagnóstico de la hipotonía muscular
¿Qué porcentaje de los niños tiene este trastorno?
Es un signo frecuente en el recién nacido, y más aún en el lactante. Aunque no hay cifras exactas, no es exagerado afirmar que se observa entre el 2% y 3 % de ellos. De estos, aproximadamente un 80% corresponde a hipotonías benignas que evolucionan hacia la normalidad, pero que también deben ser evaluadas acuciosamente.
¿Los pacientes nacen con esta anomalía o la desarrollan posteriormente?
En la mayoría de los casos es congénita y está presente desde el primer día de vida, pero se expresa en forma sutil en el recién nacido. Por esto, con frecuencia no se realiza el diagnóstico en forma precoz y recién se pesquisa en el lactante, determinándose erróneamente que el signo comenzó en esta etapa y no antes.
¿Existen factores externos que provocan este cuadro?
Entre las formas adquiridas más importantes en los recién nacidos y lactantes, están la poliomielitis –erradicada en nuestro país– y elbotulismo, que produce debilidad muscular global con llanto débil y caída de párpados. Este último se produce a través de una infección intestinal por clostridium botulinum, presente en el ambiente en el polvo de habitación o en alimentos como la miel.
¿Cuáles son los antecedentes familiares que lo determinan?
Si bien la mayoría no tiene un trastorno neuromuscular o metabólico-degenerativo de base, un porcentaje bajo, pero significativo, presenta enfermedades hereditarias de este tipo.
¿Existen situaciones del embarazo que desencadenen este trastorno?
En términos generales no, aunque sí producto de enfermedades maternas que alteren el curso de la gestación provocando partos prematuros. Y, con una cierta frecuencia, la hipotonía neonatal puede estar relacionada a la administración de fármacos a la madre como sulfato de magnesio para la hipertensión arterial o benzodiacepinas. Sin embargo, en este último caso es reversible de forma rápida.
¿Qué síntomas dan cuenta de que es hipotonía central?
El signo cardinal es la presencia de síntomas de encefalopatía como letargia, poca reactividad a estímulos, o bien anormalidades del cráneo.
¿Cuáles son los signos de una hipotonía periférica?
La clave es la debilidad muscular, que suele asociarse a malformaciones osteoarticulares como el pie bot y artrogriposis (contracturas articulares) generalmente localizadas.
¿Qué niveles de gravedad tiene la hipotonía muscular?
Existen tres tipos, con diferentes niveles de compromiso que van de leve a severo; por ejemplo, los lactantes mayores y preescolares no suelen tener una hipotonía tan marcada como la «de trapo» característica de los recién nacidos. Dentro de la hipotonía periférica, el ejemplo más dramático es la atrofia muscular espinal tipo I (Werdnig Hoffmann) que produce debilidad global severa de las extremidades y de la zona intercostal.
El test de Apgar ¿ayuda al diagnóstico de este cuadro?
Por supuesto. Aunque es un examen básico para todos los recién nacidos, el test de Apgar entrega una información preciosa sobre el momento real de inicio de la enfermedad, su tipo y si tiene otros signos de compromiso cerebral o neuromuscular, ayudando al diagnóstico definitivo.
Tratamientos para la hipotonía muscular
¿Cuáles son las líneas terapéuticas contra este trastorno?
El tratamiento va dirigido a disminuir la hipotonía y a tratar la causa, o enfermedad de base, cuando sea factible. Por ejemplo, la miastenia gravis, trastornos mitocondriales y endocrinológicos (principalmente el hipotiroidismo).
¿Cuáles son los avances en investigación?
En los últimos 10 años, se están haciendo ensayos terapéuticos con fármacos que modifican la alteración genética de algunas miopatías congénitas, y se esperan buenos resultados en el futuro cercano. Estamos en un momento muy promisorio de desarrollo de tratamientos para las enfermedades neuromusculares.
En general ¿cuál es el resultado de las terapias físicas?
Junto a la hipotonía muscular benigna que evoluciona bien sólo con rehabilitación motora, también las miopatías y distrofias musculares congénitas pueden mejorar considerablemente con un manejo multidisciplinario por un equipo de neurorrehabilitación bien afiatado que busque resolver los problemas del niño en forma integral. (Fuente: Clínica Alemana)