Señor Director: El Año Nuevo es una fecha propicia para disfrutar y compartir con los amigos y la familia. Por esta razón, es común que la ingesta de alcohol sea mayor a la recomendada.
Si bien, el efecto de beber alcohol en cantidades elevadas o en ocasiones en exceso, trae consigo un estado de relajación, de alegría, lo cierto es que también puede provocar una deshidratación que, en la gran mayoría de los casos, produce dolor de cabeza o también llamada “resaca”.
Es una vieja costumbre consumir mariscos el 1 de enero justo después de las fiestas para “componer la resaca”. Pero ¿qué tan cierto es?
Tiene un fundamento nutricional, ya que los mariscos son altos en zinc, hierro y vitaminas como la B6 y A, cuya concentración disminuye en el organismo después de una noche de exceso de alcohol.
Sin embargo, existe el riesgo de pasar de una “resaca” a una intoxicación alimentaria. Nunca es una buena alternativa comer maricos crudos, ya que puede generar trastornos alimenticios e incluso cuadros de intoxicación, por lo tanto, el llamado es a consumir pescados y mariscos cocidos, y muy importante evitar la contaminación cruzada de los alimentos.
Si la opción es ir a un local establecido o un restaurant la recomendación es fijarse en la limpieza general del establecimiento, en la mantención de la cadena de frío y una manipulación ordenada para evitar la contaminación cruzada.
Juan Cristóbal Reyes
Académico Escuela Nutrición y Dietética UNAB