La Semana Santa, el común de la gente la percibe como la entrada de Cristo a Jerusalén; vida, muerte y resurrección de Jesús de Nazaret. Misas y actos litúrgicos, películas y obras culturales, literatura y milagros; subir el Cerro Esmeralda y participar de ceremonias reflexivas, conforman la agenda cristiana. Da fuerza a la fe y a la espiritualidad en estos días de feriados.
El imperio del mercado y del comercio, salvo excepciones, no paran ni un solo día. El conflicto de la fe versus la avaricia por la riqueza, se enfrentan bajo el color del mismo cielo. Vivimos entre graves problemas económicos. De esta forma, la mayoría de los chilenos y chilenas nos encontramos entre dos dimensiones importantes y decisivas. Por una parte, que les faciliten otro retiro de fondos de sus ahorros previsionales y por otra, tener el justo derecho a ejercitar un retiro espiritual.
Ambas dimensiones pueden ser compatibles, según mi entender. Sin embargo, cuando prevalece el mercado y no tiene ninguna consideración y respeto por los otros valores de la vida, entonces, se produce una seria crisis de convivencia social. La riqueza por aumentar la riqueza, en manos de unos pocos, no puede conducirnos a tener una sociedad justa, con mayor felicidad y bienestar. Lograr los equilibrios de seguro que no es una tarea que se logra de un día para otro.
Hay grandes necesidades y de todo tipo. La población sigue sufriendo alzas que van afectando cada más intensamente su calidad de vida. Hace bastante tiempo que está sometida a una condición de ansiedad que ya no resiste más. Por ejemplo, el Banco Central tomó las medidas para frenar la inflación y no pasa nada, llegamos al 9.4%. La inflación continúa su marcha galopante, sea por causales internas y externas. La cual se acentuó con la entrada del nuevo Gobierno. Pues ahora las estadísticas se sinceraron y las verdaderas cifras todavía nos darán más sorpresas. Es decir, sí no estoy equivocado en mi análisis, en lo que resta del año la inflación nos va a dar un golpe que prontamente llegará a dos dígitos. Lo que implica más pobreza, injusticias, hambre y dolor.
La inflación, significa que cada vez vale menos nuestro dinero y los salarios se devalúan. Mientras el dólar vuelve a subir y todos los artículos de primera necesidad de producción nacional, de la noche a la mañana tienen alzas indecibles. A esta realidad económica, agreguemos las consecuencias de la guerra de Ucrania por la invasión de Rusia, que se presta para todos los abusos económicos de las multinacionales hacia nuestro pueblo. Pero es el colmo ver como sube la UF a un ritmo jamás visto.
Hay que frenar el avance de la inflación. Ante el curso económico del país, debería implementarse en forma urgente, un plan nacional de emergencia de políticas públicas que apunten efectivamente al crecimiento de la productividad. Asimismo, para la inversión en nuevas fábricas e industrias sustentables y de generación de más empleo decente.
En resumen, sobre nuevos impulsos de reactivación productiva, aumentando la cantidad de dinero demandada por esta vía. Evitando caer en la forma tradicional del modelo y que se resuelva por medio de la teoría clásica “de la mano invisible del mercado”. Así es la economía del capitalismo cruel y salvaje.
El Estado puede intervenir para equilibrar los precios de bienes y servicios que se desatan libremente, legislando una franja de niveles máximos de precios y otra franja de niveles mínimos. No hay que extrañarse porque éste ya interviene en el precio del combustible y sus respectivos impuestos; el MEPCO actúa como medio de estabilización de los precios. Con todo, continua vigente el impuesto especial a los combustibles y sus parámetros continúan sin ninguna modificación, debiendo recordar que el gas licuado y las bencinas han alcanzado los niveles más altos de nuestra historia económica.
Por ahora, en la calle, en las poblaciones, en los lugares de trabajo, en todos los lugares familiares y de amigos, se habla de un nuevo retiro de los fondos de ahorros previsionales. La gente no quiere perder más sus ahorros. Ayer por la mañana conversaba con un viejo amigo vendedor profesional. Después de toda una vida de trabajo había acumulado en su cuenta de capitalización individual 120 millones de pesos. De la noche a la mañana, cuando vió su cartola, se encontró con la ingrata sorpresa que solamente le quedaban 80 millones. No les cuento de cómo estaba de enojado. Esto les ocurre a todos/as los afiliados de las AFP’s. Otro antecedente vital a tomar en cuenta, son las pensiones miserables que reciben quienes se jubilan. Entonces, entre las AFP’s y los ahorrantes existen caminos muy diferentes.
La gente quiere su plata. Los bancos, otras entidades financieras y deudas con empresas monopólicas, no pueden hacerse pago con estos ahorros. Los dueños de sus cuentas, son ellos que los destinan según su libre albedrío. Es lo que digo yo, escuchando a la gente. También extrayendo experiencias de países desarrollados donde han concurrido en forma tripartita a estos ahorros y tienen otros sistemas previsionales.
Para ser justos, el Gobierno del Presidente Boric, no quiere más circulante y/o efectivo en un momento de inflación desatada. Es cierto hay que controlar y dirigir eficientemente los recursos. Las medidas propuestas están orientadas para aliviar a quienes están sujetos a deudas. Para la macroeconomía de libre mercado como la nuestra, es fundamental que la demanda y la oferta mantengan sus curvas entre los niveles que controlen la inflación y sí se ponen más dinero que el necesario, entonces, las tendencias al alza de los precios se mantendrán. Más que nada, las medidas propuestas por el Gobierno son para evitar una situación que afecte directamente la vida de nuestros compatriotas.
Pero, antes de terminar. Que quienes impulsaron el proyecto del 5to., retiro, primero debieron esperar que el mismo Gobierno propusiera sus medidas sobre esta materia, toda vez que éste, no lleva más de un mes y medio en la Moneda. ¿Existe un grado de irresponsabilidad? Más bien, puede existir un fuerte grado de pragmatismo por las ansiedades de nuestro pueblo.
Nelson C. Mondaca Ijalba
nmonijalba@gmail.com