El aumento del tránsito durante estas celebraciones eleva los accidentes en ruta y los atropellos de fauna nativa. Gonzalo Medina, investigador del Instituto One Health de la Universidad Andrés Bello, advierte sobre los peligros y entrega recomendaciones para proteger tanto a las personas como a la biodiversidad.
Cada mes de septiembre, miles de familias chilenas viajan por las rutas del país para cambiar de aire, reencontrarse con los suyos y celebrar las Fiestas Patrias. Sin embargo, el incremento del flujo vehicular trae consigo un riesgo adicional: más accidentes de tránsito y un alza en los atropellos de fauna silvestre.
“El aumento del flujo vehicular y de la velocidad son reconocidos internacionalmente como causa en el incremento de los accidentes de fauna con vehículos”, señala Gonzalo Medina, investigador del Instituto One Health de la Universidad Andrés Bello. “Esto ocurre tanto en Chile como en el resto del mundo, y se suma a factores como la expansión de la red vial y el tránsito a alta velocidad”.
Especies en riesgo
Las especies más afectadas por atropellos son aves, insectos como los abejorros nativos y micromamíferos. En algunas zonas en particular, el impacto puede ser dramático: “En Chiloé, por ejemplo, se han documentado atropellos de pudúes y del huillín (Lontra provocax). En un solo año se registraron tres casos de huillín en el mismo paso vial cercano a Chonchi, lo que equivale a la pérdida del 10% o más de la población residente en ese sector”, explica Medina, destacando que el huillín se encuentra en peligro de extinción.
El investigador explica que el número de atropellos de una especie en particular responde a la ecología, a su comportamiento, y al hábitat intervenido por la ruta, sea esta una carretera o un camino.
“Puede haber pocos casos de atropello de una especie, pero al ser esta menos común, o encontrarse en peligro de extinción o en una situación crítica, los pocos atropellos –aunque pocos–, pueden tener un gran impacto en la sobrevivencia de esa especie en el área o región involucrada”, señala, agregando, “un ejemplo es la güiña (Leopardus guigna), el felino de menor tamaño que tenemos en Chile”.
Una mirada integral
Más allá de los accidentes, el problema de las carreteras impacta en múltiples dimensiones. “La red vial fragmenta hábitats, produce aislamiento poblacional, arrastra contaminación lumínica, química y acústica, e incluso puede favorecer la propagación de especies invasoras. Estos factores influyen en la ecología de enfermedades infecciosas y en la emergencia de nuevas enfermedades”, sostiene Medina, resaltando la importancia de un enfoque One Health (Una Salud) que conecta la salud humana, animal y ambiental.
Prevención y medidas necesarias
El especialista llama a conducir con precaución y responsabilidad. “En zonas reconocidas por frecuentes accidentes de tránsito que involucran fauna silvestre, lo ideal es conducir a menos de 50 km por hora, ojalá a menos de 30 km, sobre todo en aquellas rutas de berma muy angosta o sin berma, y donde hay abundante vegetación nativa o cuerpos de agua cercanos a la vía”.
Esto último es especialmente importante en las regiones de La Araucanía, Los Lagos y Los Ríos, sobre todo cuando se cruzan ríos o esteros. Asimismo, recalca que de noche es fundamental reducir la velocidad, evitar encandilar a los animales, bajar las luces y esperar a que crucen.
El profesor Medina también subraya la urgencia de contar con políticas públicas que integren soluciones estructurales: “Necesitamos vías con bermas anchas y ciclovías seguras por ambos lados; evitar basurales laterales a las carreteras, postes y árboles de altura que puedan servir de percha para aves rapaces cerca de vías con flujo vehicular permanente”.
“Desde la Araucanía al sur, los pasos viales sobre ríos o esteros deben ser de puente, tipo viga, nunca alcantarillas, con secciones secas para permitir el paso seguro de la fauna”, agrega.
El especialista además enfatiza la importancia de desarrollar investigación en torno a pasos para fauna, y así implementar las soluciones más efectivas en aquellos puntos críticos, según la fauna de cada región.
De esta forma, estaremos resguardando a la fauna nativa que sostiene el equilibrio de nuestros ecosistemas, un entorno del cual todos formamos parte, incluida la especie humana.