En los últimos años, el Síndrome del Intestino Irritado (S.I.I.) se ha considerado como una enfermedad casi epidémica porque afecta a un 15% de los adultos, de los cuales un alto porcentaje son mujeres. Además, se ha instalado dentro de los ocho diagnósticos más habituales de la Medicina General.
El S.I.I. es un trastorno caracterizado por la alteración de los hábitos intestinales. El síntoma más habitual es el dolor abdominal en el bajo vientre que se agrava al comer. Se acompaña de una alteración de la frecuencia, forma y consistencia de las heces y que se alivia al defecar; también hay excreción de moco sin sangre y un evidente empeoramiento o aparición de esta sintomatología en situaciones de estrés.
El diagnóstico es fundamentalmente clínico. Los exámenes que se realizan son para descartar otras enfermedades con síntomas similares, como la intolerancia a la lactosa, enfermedad diverticular (inflamación o infección en los divertículos en el colon), cáncer de colon, enfermedad inflamatoria intestinal y enteritis infecciosas. A los posibles pacientes de S.I.I se les recomienda un estudio con hemograma y velocidad de eritrosedimentación, perfiles bioquímico y tiroídeo, sangre oculta en deposiciones, test de tolerancia a lactosa, rectocolonoscopia (en mayores de 50 años) y enema baritada (examen del intestino grueso en pacientes muy estreñidos y sobre 65 años), con el fin de descartar patologías orgánicas o malformaciones.
Los pacientes que tienen síntomas de S.I.I deben chequearse con una colonoscopía, ya que incidentalmente puede aparecer un tumor o un pólipo.
Dr. Jaime Contreras Pacheco
Director de Planificación Campos Clínicos U. Andrés Bello