Colonia Pintados, Pampa del Tamarugal. Un ambicioso proyecto piloto, denominado «Arándanos en el Desierto,» ha tomado forma en la árida Pampa del Tamarugal, en la región de Tarapacá. La iniciativa, respaldada por la empresa minera SQM Yodo Nutrición Vegetal, busca determinar la factibilidad técnica y productiva de cultivar este fruto en condiciones extremas, abriendo una nueva vía para la diversificación agrícola regional.
El proyecto, emplazado en el sector de Colonia Pintados, cuenta con un invernadero que alberga 26 variedades de arándanos en estudio. El objetivo principal es identificar las cepas con mayor capacidad de adaptación y producción en el desierto más árido del mundo, sentando las bases para expandir su cultivo a lo largo de la región.
Innovación y Sostenibilidad en el Desierto
«Arándanos en el Desierto» se distingue por su enfoque en la sostenibilidad y la innovación local. El piloto aborda desafíos cruciales como:
- Optimización Hídrica: Utilización de tecnologías para un bajo consumo de agua, crucial en un entorno desértico.
- Adaptación Climática: Superación de las condiciones extremas de radiación y las amplias oscilaciones térmicas.
- Desarrollo de Capacidades Locales: Entrega de conocimiento y formación a agricultores y comunidades, transformando recursos en una alternativa productiva y de progreso.
Atilio Narváez, subgerente de Programas Sociales de SQM, destacó el desafío del entorno. «Tenemos un desierto muy desafiante,» señaló, enfatizando el compromiso de la empresa en trabajar junto a las comunidades. El aspecto más complejo, según Narváez, fue asegurar un «buen material genético adecuado» y nuevo, logrando una colección de variedades que, afirmó, «no hay otro invernadero en Chile que tenga esta cantidad.»
Tecnología Chilena para la Agricultura Sostenible
Juan Francisco Palma, gerente de Desarrollo e Innovación de SQM, enmarcó el proyecto dentro de las «exigencias que nos están poniendo las comunidades» y la especialización de la compañía como productora de fertilizantes. Subrayó que la iniciativa integra «tecnología chilena, con fertilizantes chilenos, con especialistas chilenos,» aprovechando la vasta experiencia global de SQM en la fertilización de cultivos en países como México, China, Perú y Marruecos. Esta sinergia busca establecer una «agricultura en el desierto sostenible y rentable.»
Por su parte, Ronald Yavar, Seremi de Ciencias, Tecnología, Conocimiento e Innovación de Tarapacá, valoró el proyecto no solo por el fruto, sino por su «lógica de construcción» que impulsa la investigación, la tecnología, la innovación, y su integración en una cadena productiva viable para las zonas desérticas.
La Visión del Agricultor
Orlando Ramos, agricultor de arándanos e integrante del proyecto, resaltó la importancia de la colaboración para obtener las 26 variedades con buen material genético. Ramos detalló que las plantas se encuentran en una «etapa de adaptación» y que el proceso de investigación es riguroso. «Muchas de ellas van a ser desechadas, simplemente porque no son para esta zona,» explicó, pero la gran diversidad de cepas aumenta la «alta probabilidad que tengamos éxito en muchas de ellas.» El tiempo será el que determine qué variedades se adaptan mejor al desierto.
La apuesta por el arándano en el norte es estratégica, considerando el panorama global: la superficie mundial cultivada creció un 32% entre 2019 y 2023. Chile se posiciona como uno de los seis principales productores globales, y las regiones del norte exhiben un «importante potencial para su desarrollo futuro», según la información de SQM.
