Señor Director: Es un cuento de nunca acabar. Usted pide una hora al médico y después de numerosos llamados al fin consigue una consulta y la secretaria le dice: Debe estar aquí a las 14 horas.
Bien, como corresponde llegamos a la hora y ya hay otros pacientes esperando. Y de verdad paciente porque hay que armarse de bastante paciencia para esperar en un espacio reducido. Bien, comienza la espera y siguen llegando otros pacientes y el doctor ni la secretaria aparecen. Después de llegar a las 14 horas, vemos que aparece la secretaria y dice con desfachatez: El doctor llegará en media hora. Es decir, a las 15 horas. Todos se miran, si la citación era a las 14 horas.
La profesión de médico es vocacional, pero se ve a través de los años que no es así. No hay ningún respeto por los pacientes. La premisa parece ser: Si quieren verme que se esperen. Y sino, no importa. Siempre llegará más de uno y vamos sumando. No es nuevo, le ha pasado a amigos, parientes y seguro que a usted. Y más de una vez.
Pasan los años y nadie, ni siquiera el Colegio Médico pone orden, norma o busca un método de atención. No es ningún favor el que hacen. Es un servicio por el que se paga. Sin embargo, como digo pasan y pasan los años y esto de la espera tediosa en las consultas ya es un cuento chino. Lo peor es que la gente no reclama. La mayoría no reclama, por eso no se termina este abuso. Y, seguramente, los médicos se deben molestar cuando se les recrimina, pero todo sigue igual.
Al final no soportamos la espera, por el calor, el espacio reducido, poco conveniente con la pandemia y las altas temperaturas del verano, nos retiramos. Estoy seguro que al doctor le importa un comino. De lo contrario, llegaría a la hora.
Las comparaciones son odiosas, pero aquí en Iquique están lejos de la atención que brindan los médicos de la Clínica Alemana de Santiago, quienes dan una hora y la cumplen. Es más, salen a buscar a la Sala de Espera a sus pacientes y después lo despiden como corresponde. ¿Por qué allá tienen un sistema que funciona y aquí no? En ambos, se paga, pero allá se nota la vocación de servicio y se hace honor a la profesión. ¿Por qué en vez de andar siempre preocupados de política (del lado que sea) no trabajan gremialmente en una campaña de buena atención?
Paciente decepcionado
(Foto referencial)