Señor Director: Muchos conductores y conductoras demuestran a diario por las calles de la ciudad que no leen diarios ni ven los noticieros de televisión ni escuchan radio. Si lo hacen deben leer farándula o fútbol u otros temas. Están en su derecho de hacer lo que se les venga en gana, pero no cuando viven en una comunidad organizada, se supone que las leyes y las buenas costumbres se deben respetar.
Resulta que la Ley de Tránsito cambió la velocidad máxima en el área urbana. De 60 kilómetros por hora se bajó a 50. A pesar de una campaña nacional y del cambio de letreros señalizadores muy pocos la respetan y nos tapan a garabatos o bocinazos si transitamos a la velocidad legal.
Sin embargo, estos desinformados creen que efectivamente hay que correr siempre a 50 kilómetros. ¡No! Un buen conductor, el que se respeta a sí mismo y al prójimo, sabe que la primera regla al manejar es la prudencia y el sentido común.
Como acá en Iquique, muchos flaites tienen vehículo y otros que afirman su personalidad en el auto que poseen (que en otra ciudad no tendrían), toman las calles como pistas de carrera y da mucha rabia porque jamás los detienen y pasan al lado de los controles a toda velocidad. Tienen una suerte. El problema es que son un verdadero riesgo para el resto de los conductores. Y por lo visto sólo queda morderse la rabia.
Felisa Andrade J.