Siento mucha tristeza por la gente venezolana que huyó de su país a refugiarse en el nuestro. La ONU debería expulsar a Venezuela de la agrupación internacional donde pertenece desde 1945 porque Nicolás Maduro, quien le robó el país a sus dueños la gente, está violentando gravemente los derechos humanos.
Ni siquiera ha tenido la gentileza de emitir alguna opinión a lo que ocurrió ayer en Iquique.
Él y sus ayudantes mequetrefes reciben pagos por mantener a la gente sometida. El alto mando de las fuerzas armadas líderes en la independencia de Sudamérica están siendo comprados por Maduro y no intervienen por conveniencia y también por temor a que luego de intervenir los persigan con el famoso grupo INDH parásitos medianamente pagados para que persigan a personal de entidades armadas de las naciones y no se manifiestan en absoluto respecto de la situación gravísima en Venezuela. Venezuela es de la gente y no de Maduro y sus secuaces.
Pienso que la ciudadanía iquiqueña la cual se movilizó con justa razón también podría hacerlo en la cancillería con la misma fuerza que quemaron coches de guagüitas indefensas para que corte relaciones con Venezuela hasta que el dictador criminal de Maduro sea removido del trono que ha usurpado al pueblo. Los ricos permanecen debido a sus grandes recursos.
La clase media se las arregla de alguna manera pero, la gente pobre es la que sufre las terribles consecuencias del aprovechamiento de este ser detestable y maligno. Prometió una vida mejor a través de las votaciones pero todo es mentira porque cada día ese país está peor. Es un incapaz de levantar a su nación. Suele echar la culpa a USA y a todo conejillo de indias que se le cruce por el camino para evadir su responsabilidad. Ha enviado indicaciones para que en Chile se establezca un régimen clonado de su stock de marañas.
La gente que huye del crimen, abuso y opresión de ese país se nota que es gente pobre, la misma gente que Maduro dice proteger, ayudar y exhortar para que finjan ante el mundo que están bien, tirándole migajas a algunos por aquí y por allá. Aquí faltan cojones a Chile al pueblo venezolano, a la ONU y a todo aquel que se jacte de igualitario, demócrata y respetuoso de la libertad y los derechos humanos.
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