Y se acerca la gran fecha del Plebiscito a realizarse el próximo domingo 25 de octubre, para votar el inicio de un proceso constituyente, decidido y anunciado por los partidos políticos el 15 de noviembre de 2019, acordado como producto de la alta efervescencia y estallido social ocurrido hace poco a lo largo y ancho del país.
Este plebiscito, primero y único durante los gobiernos democráticos, después del referéndum del gobierno militar que permitió hacer ajustes a la constitución del 80.
Tendremos la oportunidad histórica de votar por el apruebo o el rechazo respecto de escribir una nueva Constitución para nuestro país.
Tal como se perfila la situación, con los sondeos y encuestas disponibles desde noviembre pasado, todo indica que se dará la opción del apruebo (no ha bajado del 70%), y por primera vez en nuestro país la carta magna sería redactada por la ciudadanía.
Es extremadamente importante que ojalá se de la opción de convención constitucional (así lo perfila también las encuestas) para evitar sesgos de una eventual convención mixta; considerando que será muy relevante tener la oportunidad histórica de vaciar inquietudes y propósitos desde las bases mismas, desde las raíces de las inquietudes y preocupaciones de la gente.
Es importante aclarar que una asamblea constituyente es un organismo de representantes colegiados, elegidos por la ciudadanía, que tiene como función redactar la nueva constitución, dotado para ello de plenos poderes o poder constituyente al que deben someterse todas las instituciones públicas.
Por ello, es del todo relevante que nos juguemos muy bien por la oportunidad, como digo histórica, en la cual se podrá plasmar una Constitución que permita que nuestro país regrese a los valores básicos de una sociedad simple y sana convivencia, de progreso, de valores, de equidad y de tranquilidad, en que se eliminen los abusos, las inequidades y se brinde toda la salud y bienestar necesario para los compatriotas chilenos.
Hernán Cortez Baldassano
Ingeniero Civil U. de Chile
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