- Es necesario detectar si los lunares llegan a presentar cambios en su forma, color o tamaño, dado que pueden indicar un posible cáncer de piel.
Según datos compartidos por Globocan (Observatorio Global de Cáncer), se estima que, en Chile, durante el año 2020, más de 800 personas fueron diagnosticadas con melanoma invasor, siendo el tipo de cáncer de piel más grave, al producir la mayor mortalidad. En él, hay una mutación en las células de la piel que controlan el pigmento, llamadas melanocitos, lo que lleva a un crecimiento sin control, desmesurado y desorganizado de estos, lo que genera el cáncer de piel llamado melanoma. Este melanoma, puede presentarse en cualquier parte, y en algunas ocasiones, sobre lunares que anteriormente se encontraban sanos.
El Dr. Andrés Figueroa, dermatólogo de Clínica Universidad de los Andes, afirma que “para reconocer una lesión pigmentada o lunar que pudiera ser eventualmente peligroso, es importante considerar las cinco características físicas que se enmarcan en el ‘ABCDE de los lunares’”.
- Asimetría: al tirar una línea imaginaria al centro, las mitades son diferentes entre sí
- Borde irregular o mal definido: que sea similar al de un mapa, es decir, un borde cartográfico
- Color: que tenga más de un color o tipos de café
- Diámetro: mayor a 6 mm
- Evolución: que crezca, cambie de color, comience a picar o a sangrar. Este último es el más importante
El melanoma se manifiesta comúnmente en aquellas zonas que suelen estar más expuestas al sol, aunque también puede darse en lugares que no lo están habitualmente, como palmas de las manos o pies, o en genitales. También, esta enfermedad puede presentarse en pacientes con componente genético o hereditario y con piel clara o muchos lunares.
Algunos cuidados son:
- Evitar exponerse al sol entre las 11:00 y las 16:00 hrs.
- Usar quitasol, gorro, anteojos y ropa gruesa
- Colocarse factor solar SPF 50+ cada dos horas
“Se aconseja tener control con un dermatólogo, al menos, una vez al año, para tener una revisión completa de la piel en búsqueda de lesiones atípicas o sospechosas de malignidad. Además, es importante conocer los propios lunares y consultar ante cambios visibles en alguno de ellos o por la aparición de uno nuevo”, agrega el Dr. Figueroa.
Además, el dermatólogo comenta que “si uno nota una lesión que llame la atención, ya sea porque ha cambiado de color, ha crecido o tiene bordes irregulares, empieza a picar o a sangrar, hay que consultar lo antes posible para que eventualmente se haga una biopsia de la lesión y revisar toda la piel en busca de otras sospechosas. En este caso, el diagnóstico precoz es lo que más salva vidas”.