Señor Director: Esto del alza en las cuentas de la luz no es una novedad. Claro que demuestra que retrocedemos en vez de progresar. Innegable.
Por supuesto, somos la mayoría los afectados. En mi caso, por mi avanzada edad, recordé los años 50, 60 y 70. Aún en muchas casas se usaba la vela de manera cotidiana. Varias casas terminaron envueltas en las llamas. Y, en cada casa, uno andaba apiñado para prender sólo la luz donde estábamos la mayoría.
Hoy, cuando la energía eléctrica está en la mayoría de los hogares, llega un alza que afecta, como siempre, a los que menos tenemos. Y seguimos votando y equivocándonos en el sufragio, en el famoso voto que es tan democrático que es obligatorio. ¡Vaya democracia!
Remigia Solís H.